Perfil cardiovascular en el fútbol-sala. Respuesta inmediata al esfuerzo

El jugador de fútbol sala debe ser capaz de desarrollar un tipo de prestación intermitente de elevada intensidad y larga duración, a través de un soporte metabólico mixto donde debe desarrollar una gran potencia y capacidad aláctica con una rápida regeneración de los fosfágenos (A TP Y PC), tener una buena tolerancia a niveles medio-altos de ácido láctico y soportarlo a través de una adecuada base aeróbica.
Consecuentemente esto se traducirá en una solicitación y sobrecarga muy importante del sistema cardiovascular.
Existen muchos estudios que nos aportan datos sobre la respuesta del sistema cardiovascular en otras modalidades de equipo siendo inexistentes los realizados sobre el fútbol-sala.
La falta de bibliografía específica nos llevó a la realización de un estudio con el objetivo de establecer la respuesta inmediata cardiovascular que se produce con la práctica regular del fútbol-sala a diferentes niveles deportivos y que nos permitiera empezar a establecer pautas y valores de referencia generales y específicos, para su práctica y entrenamiento.
Han participado tres equipos federados de fútbol sala pertenecientes a: División de Honor Española, Primera B Nacional y Primera Autonómica. La muestra global presentó un status deportivo de 12 profesionales y 19 amateurs.
A lo largo de toda la temporada registramos la frecuencia cardiaca en más de 150 tomas de diferentes partidos y se les realizó una prueba máxima de esfuerzo para obtener su frecuencia cardiaca máxima.
El fútbol sala es un deporte con un componente anaeróbico  muy elevado, que exige una adaptación cardiovascular entre un 85-90% de la frecuencia cardiaca máxima y en la mayoría de los casos se llega a alcanzar e incluso sobrepasar la frecuencia cardiaca máxima obtenida en la prueba máxima de esfuerzo.
Existe una necesidad de establecer pautas de actuación, como medida preventiva, para la población que practica fútbol-sala sin una preparación y control médico adecuado.

Los profesionales tienen una mejor adaptación y necesitan realizar un menor trabajo cardiovascular para afrontar los partidos que los no profesionales.